Naufragando, días lejos de la playa,
el azul cobalto es todo lo que refleja el océano.
Gritan en silencio muchas oraciones,
pocas noches de suplica quizá…
o muchas quizá para la magnitud del milagro.
La marea agitada,
nos ayuda a remar
en sentido contrario al horizonte.
la oscuridad nos llega más rápido
en estos cortos días de poca disposición.
El celeste se nos escapa entre las manos
y el gris del humo… juega lucido
con nuestra preparación al final .
Se abren las heridas donde debían colgar las estrellas
como amuletos de nuestra buena suerte,
y se cuela entre los cielo
el vaho sin retorno de la vida.
Diamantes diminutos y fríos
cuelgan de mis pestañas.
Cuantas oraciones más
para el final de la tormenta,
cuantas innecesarias,
por hacernos fanáticos del facilismo.
Sentencia de un juego de ajedrez absurdo.
Seremos los vecinos de la nada…
porque nuestra casa rota
será historia con sabor;
a hogar que se ha ido.
RosarioAlons