
Así te espero,
como una moneda caída hace tiempo,
detrás del armario,
solitario violín desafinado ajeno a los conciertos,
como un insomnio que ya no reconoce
su propia madrugada.
Así te espero,
como un saco añejo olvidado en algún ropero,
con la piel de zanja que va cubriendo la maleza,
perro callejero sin sentencia ni redención;
como un pueblo condenado a tres casitas,
y un almacén polvoriento.
Así te espero,
con la mirada ciega de tanto soñarte despierto,
y la misma lágrima me marca un surco,
en el mismo desvelo,
como una casona de otro siglo,
que la humedad va corrompiendo.
Así te espero,
como el cementerio espera la inevitable huella,
del auto negro y su cortejo,
con el deseo roto por tu efímero ayer,
y llagas en los pies de esas distancias,
que nunca te caminé.
Así te espero,
como un peluche incierto en el basural de mi pueblo,
baldosa ajada en un zaguán abandonado,
como vagabundo tapado con diarios del aguacero,
así te espero, con media alma en el cajón,
y la otra mitad ya casi durmiendo.
Así te espero,
cada año,
en el lúgubre silencio
de un anciano jilguero…
te espero mientras muero,
y finjo no saberlo.
TAVO MUSSI