Entré en el ave
para negar
los ojos ciegos de mares,
para que no vean esta tierra
con tantos puentes
rotos.
para ignorar
el cuerpo que habito.
El ave entro en la
noche
vestida de oscuridad,
olvidó el temblor de
las alas
y voló alto
dejándose bañar
por la luz de la luna
para saber que no eran
mentiras
las palabras celebres
escritas
por los que iban
ciegos sin faro
para saber que Dios
sigue salvándonos desde
el fondo
de una herida.
Y se quedó su luz
flotando entre mis
alas
esperando por un
suspiro
para iluminar otras
noches.
Y me enseño que el
llanto
tiene la música del
alma
y se quedo en silencio
para que encontrara
mi propia vos.
RosarioAlons.