Quédate
no te hagas líquido,
viniste a mis manos
no para escurrirte entre mis dedos
no son laberintos sin salidas.
¿Te lanzaras al vacio?
No eres de metal indestructible
podría tomarme un café
y hacer aros de humo con mi cigarro
mientras te ausentas,
pero no quiero verte caer
y lazarme en vértigo detrás de tuyo.
Habrán tantos pedazos rotos
para hacernos otros…
Algo de mi, en ti quedará
se que volverás
a posar sobre mi mano.