El exceso de amor
puede doler en los labios,
en la piel…
pero el exceso de ti
produce una sed que no se sacia.
Todo no empieza
cuando el cruel autobús
se va con tu alma,
y se lleva en tus manos
el recuerdo de este cuerpo
donde amanece tu aurora.
El día casi afónico
repite la ausencia
que diluvia en mis ojos,
y prefiero la noche…
mientras te espero
como el incesante mar a la luna
para que lo resucite plata
y vaya con el a todas partes.
RosarioAlons